PRÓLOGOLa casa desprendía un silencio doloroso.La discusión de aquella tarde había dejado un polvo denso que estaba asentándose en el suelo de madera y enquistándose en las paredes como un residuo venenoso. Los gritos, golpes y esta guerra sin fin eran, por desgracia, una parte más del mobiliario de esta casa.Bajo despacio y sigilosamente las escaleras, reviso el espacio e intento encontrar un solo recuerdo feliz entre aquellas habitaciones. No lo hallo. Lo único que...